4.1. Siglo XX: bases del arte computacional
4.1.8. Festivales internacionales
En 1989, la World Wide Web (WWW), diseñada por Tim Berners-Lee, daba sus primeros pasos. El acceso a Internet propiciaba, entre otras cosas, la creación de foros sobre arte y diseño. Era un excelente sistema para compartir y debatir conocimientos sobre el arte computacional.
Se complementaba la importante labor de otros foros internacionales, como el Ars Electrónica, evento que se celebra desde 1979 en Linz (Austria). El prestigioso festival, considerado uno de los más influyentes del mundo, presenta cada otoño las propuestas más innovadoras relacionadas con arte, tecnología y sociedad. Desde 1987, otorga el premio más importante en media art: el Prix Ars Electronica. También organiza exposiciones en su sede, el Ars Alectronica Center, donde se exhiben tanto clásicos del arte computacional como las nuevas tendencias.
En Estados Unidos, el ACM SIGGRAPH se configuró en 1974 como un pequeño grupo de apoyo para dar a conocer las nuevas disciplinas generadas tras la incursión de los ordenadores en nuestra sociedad. Sus actividades se centran en su conferencia anual internacional de infografía (computación gráfica), pero también ha tenido que diversificarse a lo largo de los años: ha comisariado y desarrollado diversas exhibiciones, formado a nuevos creadores y apostado por la colaboración para el desarrollo de gráficos computacionales y técnicas interactivas.
Desde 1988, se celebra la Transmediale, festival de arte y cultura digital de Berlín. En sus inicios se dio a conocer como VideoFilmFest, evento auspiciado por la Berlinale. Sus cambios en la línea de trabajo (desde el vídeo, pasando por el multimedia o el software art) reflejan la evolución de la tecnología y su repercusión en nuestra sociedad.
Los tres eventos son pioneros en su campo. En sus inicios fueron ágoras de la creación relacionada con los ordenadores, pero en la actualidad compiten con otros muchos diseminados por todo el mundo: desde el Sònar al MUTEK, pasando por ZERO. En todo caso, hay que reconocer su mérito a la hora de impulsar tanto el desarrollo como el reconocimiento de nuevas metodologías y estéticas a finales del siglo XX.