3.1. Salidas profesionales y situación actual
3.1.3. Oposiciones y concursos
En este escenario en el que vivir de la cultura se restringe a los ganadores, los concursos y las oposiciones de empleo público brillan en la oscuridad, porque se da por hecho que una convocatoria pública, con dinero público, implica una oportunidad para el mejor funcionamiento de la comunidad. La sección «Oposiciones y Concursos» del BOE (así como de los diarios oficiales de los diversos Gobiernos autonómicos) publica periódicamente todas las ofertas públicas que se abren. Pero los perfiles de formación en artes y humanidades encajan en los puestos de las escalas inferiores en la Administración pública, que además tienen los umbrales salariales más bajos. Sin embargo, las oposiciones en el caso de los agentes culturales –que ven incapacitada, limitada o directamente cancelada su actividad– son una promesa de estabilidad que arraiga en la educación pública, «porque su libertad de pobre había sido posible gracias a la escuela pública» (Zafra, 2017, pág. 68).
Las ofertas de empleo público parecen la solución a la imprevisibilidad de los ingresos y a las pérdidas retrospectivas del campo cultural, pero crean una nueva ilusión en el acceso al trabajo: que las convocatorias de libre acceso son más justas que las de libre designación, cuando los requisitos son estipulados por la propia institución que se autolegitima en sus selecciones. La contratación pública es una forma de hacer política y un despliegue de los poderes para el control social altamente instrumentalizada en épocas de crisis. Además, la ambigüedad e indeterminación del trabajo cultural dificulta la definición profesional de los agentes culturales. Cuantas más cosas se hacen –no en relación con la multidisciplinariedad sino con la combinación de diversos trabajos y recursos que permiten sobrevivir–, menos posibilidad hay de definirse y encasillarse en una especialización que sirva funcionalmente al sistema. Del mismo modo ocurre con los méritos que se reconocen en las evaluaciones, unos méritos legitimados mediante una línea que los separa de los que no se reconocen.
Con respecto al personal de museos, el «Documento de buenas prácticas en museos y centros de arte contemporáneo» recuerda lo siguiente:
«El personal funcionarial llega al museo a través de las oposiciones al Cuerpo Facultativo de Conservadores de Museos y los Cuerpos de Ayudantes y de Auxiliares de Archivos, Bibliotecas y Museos (o similares en las Comunidades Autónomas). La ausencia de especialización entre los Conservadores de Museos crea actualmente una disfunción y una carencia en los museos y centros de arte contemporáneo. Se hace necesaria la promoción de dicha especialización, acompañada de un mayor énfasis en las materias contemporáneas, actualmente muy escasas, dentro de los temarios de oposición a los mencionados cuerpos administrativos. Ante esta situación, sería preferible la contratación, a partir de una Relación de Puestos de Trabajo aprobada por la Administración competente, de personal laboral a través de oposiciones (transparentes y publicitadas) con temarios acordes a las características de cada plaza, en las que se valore además la experiencia profesional. El objetivo es consolidar una plantilla preparada y estable para el museo o centro de arte».
Por otra parte, las oposiciones a conservador de museos o a patrimonio exigen unos requisitos técnicos concretos y entre los méritos que se tienen en cuenta, como en cualquier otra oposición pública, destacan los años de experiencia en el sector público, por lo que el acceso de los candidatos jóvenes se hace más complicado. No obstante, hay que admitir que, en el caso de las oposiciones al cuerpo de ayudantes y conservadores de museos, tras muchos años sin convocar nuevas plazas por la crisis de 2008 y ante el elevado número de jubilaciones producidas entre una plantilla envejecida, en los últimos años se han convocado varias plazas donde sí ha accedido gente joven sin experiencia previa.
Igualmente, ya se ha mencionado la necesidad de regular la convocatoria de las direcciones de los museos y centros de arte contemporáneo. Aquellos dependientes de las Administraciones públicas pueden contar con «puestos de confianza», que deben limitarse a los cargos más estrechamente ligados al proyecto del director o directora, como el de subdirector o el de gerente.
En cuanto a las bolsas de empleo público, el sistema de méritos y los umbrales salariales responden al mismo sistema general de acceso, lo que se puede comprobar analizando tres ejemplos.
A través de la web de Madrid Destino, empresa pública del Ayuntamiento de Madrid encargada de la gestión de los grandes centros de cultura contemporánea de la ciudad, ya mencionada en el apartado «2.1. Museos, centros de arte y salas de exposiciones», se comunican las ofertas de trabajo, así como el listado de integrantes de una bolsa que sirve como referencia directa en el caso de que haga falta cubrir alguna vacante puntual o una nueva necesidad de recursos humanos (una baja por enfermedad o maternidad, una excedencia, un incremento de la actividad, etc.). Esa bolsa de trabajo está dividida por perfiles, y el más demandado para profesionales de las artes visuales es el de «coordinador/a técnico/a de actividades culturales», es decir, el gestor cultural en su definición más amplia. Los procedimientos de cobertura de vacantes o puestos de estructura se cubren mediante procedimientos de ascenso o promoción interna, a través de concurso de méritos o por convocatoria pública.
Muy similar es el proceso que puede comprobarse en la web del Departamento de Cultura de la Generalitat de Cataluña, donde se hace hincapié en que la bolsa de trabajo sirve para cubrir contrataciones temporales, que en ningún caso otorgan derecho alguno al desempeño definitivo de los puestos de trabajo.
En cambio, en la web de la Agencia Andaluza de Instituciones Culturales, aunque no se incluye una bolsa de trabajo, sí se ofertan contrataciones de duración indefinida, cuyos requisitos y baremación de méritos son personalizados para cada puesto.
Cada Administración autonómica o municipal, que se basa en el Estatuto Básico del Empleado Público (Real Decreto Legislativo 5/2015), en especial en los artículos que afectan al personal laboral, oferta diferentes puestos según necesidades puntuales, lo que obliga a los buscadores de empleo a visitar recurrentemente este tipo de páginas o portales similares para mantenerse informados.
Finalmente, la vía de la educación se presenta como la gran alternativa a muchos de los perfiles de formación en arte y humanidades. Sin embargo, a partir de la entrada en vigor del EEES –Espacio Europeo de Educación Superior– y la implantación del Plan Bolonia en las universidades españolas, el antiguo CAP –Curso de Aptitud Pedagógica– que registraba la LOGSE como requisito indispensable para ejercer la enseñanza pasa a ser un máster específico a precio de máster y con horario de máster oficial del Estado.