2. Análisis del sector público de las artes visuales en el Estado español

2.7. Proyectos extraordinarios

Entre los proyectos extraordinarios dedicados a la promoción y difusión del arte se encuentran los grandes eventos periódicos (festivales, bienales, capitalidades culturales europeas, etc.) que salen adelante por iniciativas privadas con fuerte apoyo público, o a la inversa, con gestión pública pero también con un importante patrocinio privado. Por la gran inversión económica que requieren estos macroeventos, no están exentos de debates y polémicas sobre el apoyo real a la base del contexto artístico de las ciudades donde se ubican o la generación de tejido, así como sobre los límites de los intereses institucionales, políticos o comerciales que conllevan y que a veces priman más que los culturales.

De los primeros hay que destacar PHotoESPAÑA, un festival internacional de fotografía y otras artes visuales promovido por Fundación Contemporánea y organizado por La Fábrica que se celebra anualmente en Madrid, aunque se han sumado subsedes españolas (como Toledo, Aranjuez o Cuenca) y europeas (como Lisboa o París) en distintas ediciones. Nacido en 1998, el festival, además de actividades culturales, organiza exposiciones divididas en:

  • Sección Oficial, donde se incluyen las muestras en museos, instituciones y otros grandes centros, públicos y privados, y
  • Festival Off, donde participan galerías de arte y otros espacios culturales.

Otro ejemplo es la bienal nómada europea Manifesta, organizada por una empresa holandesa, que se celebra en una ciudad anfitriona diferente cada dos años. Nacida en la década de los años noventa, Manifesta se ha convertido en una plataforma de diálogo entre el arte y la sociedad, que propone una vinculación muy estrecha con la ciudad de acogida. Cada nueva edición se financia individualmente y se gestiona por un equipo permanente de especialistas internacionales. Junto a la Bienal de Venecia, la Documenta de Kassel y Münster, Manifesta es una de las bienales internacionales de arte más singulares y reconocidas, aunque de desigual resultado si se estudian las pasadas experiencias. En 2024, la decimoquinta edición de la Bienal tendrá lugar en Barcelona, y la capital catalana será la tercera ciudad española que la acogerá tras San Sebastián (2004) y Murcia (2010).

Por otro lado, las Administraciones públicas asumen también la organización puntual de grandes eventos culturales, en estrecha relación con las artes visuales contemporáneas. Por ejemplo, el Consejo y el Parlamento de la Unión Europea confieren cada año el título de Capital Europea de la Cultura a una o dos ciudades europeas. Las ciudades ganadoras tienen un año para visibilizar su vida cultural y su desarrollo artístico. La iniciativa fue presentada en 1985 por Melina Mercouri, ministra griega de Cultura, y aprobada por el Consejo de Ministros. A partir de entonces, la Unión Europea celebra anualmente la Capitalidad Europea de la Cultura con la finalidad de dar cabida a la diversidad cultural y fomentar la cooperación. Además, se persigue generar interés ciudadano por las culturas y promover los atractivos turísticos de metrópolis a menudo catalogadas como ciudades medias y que en muchos casos son grandes desconocidas fuera del país al que pertenecen. Como colofón, el título debería conferir un legado cultural a la ciudad al terminar el año, pues el impacto social aumentaría exponencialmente debido al perfil internacional, a las mejoras en las infraestructuras, a la creación de nuevos espacios y al desarrollo de actividades y programas culturales, aunque depende del Gobierno local mantener la oferta cultural terminada la capitalidad. Cuatro han sido las ciudades españolas que han ostentado este título: Madrid en 1992, Santiago de Compostela en 2000, Salamanca en 2002 y San Sebastián en 2016.

Un último ejemplo que cabe aportar es la Noche en Blanco, que nace internacionalmente en 2002 en París. Debido a su éxito inmediato, otras ciudades europeas se unen al proyecto y organizan su propio evento a partir del prototipo francés. Desde 2007 son muchas las ciudades españolas que comienzan a sumarse a la Noche en Blanco, como son, en orden de celebración, Madrid, Burgos, Málaga, Albacete, Barcelona, Bilbao, Badajoz, Sevilla u Oviedo, aunque en la mayoría de estas no se mantiene a lo largo del tiempo. En todas se repite el mismo esquema, basado en una noche en la que museos, galerías y demás centros y espacios culturales abren sus puertas de manera gratuita con la prioridad de dar difusión a las creaciones actuales. En el programa se incluyen actividades, performances callejeras, instalaciones urbanas y actuaciones de otras disciplinas. Este evento pretende ser también un medio de captación de nuevos públicos, potenciar la participación comunitaria y descubrir espacios que salvo esa noche son de acceso restringido. Para ello, es necesaria la participación de un gran número de instituciones culturales, tanto públicas como privadas, que abren sus puertas a los ciudadanos. Al ser un evento que ha crecido no solo a escala europea sino mundial, las ciudades han acordado coordinar sus noches en blanco entre agosto y octubre para conformar un calendario sin solapamientos.