El de posmodernidad es un término muy complejo, que tiene diferentes enfoques en función del autor o el artista al que hagamos referencia. No se trata de un término que defina un estilo artístico. Al igual que el término modernidad, la posmodernidad acota un periodo cultural.
Algunos de los autores capitales que han teorizado sobre este concepto son Fredric Jameson (1934) y Jean-François Lyotard (1924-1998). El primero, desde un análisis marxista, define la posmodernidad no como una ruptura con la modernidad, sino como un desarrollo desigual de fuerzas antiguas y emergentes. El teórico marxista sitúa el posmodernismo en relación con el capitalismo consumista surgido tras la Segunda Guerra Mundial:
«[…] son las espectaculares imágenes asociadas con la cultura posmoderna (seductoras simulaciones en revistas y películas, en televisión y en Internet que rara vez representan nada en absoluto real), reflejan “la lógica cultural” de una economía impulsada por el deseo consumista.»
Lyotard define la posmodernidad como el fin de los «grandes relatos» de la modernidad.
El debate sobre la posmodernidad surge en el ámbito artístico en los años ochenta. En esta década, el presidente norteamericano Ronald Reagan hace un llamamiento al retorno de los valores conservadores. En ese mismo momento, en el ámbito intelectual, el postestructuralismo cuestiona ese retorno a la tradición cultural.
Foster, Krauss, Bois y Buchloh (2006) distinguen dos tipos de posmodernidad en estos años:
- La posmodernidad neoconservadora: entendía el retorno a los valores tradicionales como una forma de recuperar la individualidad arrebatada por la sociedad de masas. Rechazaban la modernidad y la abstracción en el arte. En pintura, retornaron a la figuración y como estrategia utilizaron el «pastiche», citas y referencias a la historia del arte. Algunas de las técnicas que recuperaron fueron el collage y el assemblage, pero siempre introduciéndolos en una lógica pictórica basada en convencionalismos. Algunos de los artistas que representaron esta postura fueron: David Salle (1952), Anselm Kiefer (1945) o Julian Schnabel (1951).
- La posmodernidad postestructuralista: como ya hemos comentado, cuestionaba ese retorno conservador, la originalidad del artista y la legitimidad de la tradición. Ponían en tela de juicio la representación. Una de sus estrategias tomada del postestructuralismo fue el uso del texto fragmentado como contrapunto a la idea moderna de obra unitaria. Entre las estrategias utilizadas, destaca la apropiación. Como ejemplo podemos acudir al trabajo de Barbara Kruger (1945), Jenny Holzer (1950) o Sherry Levine (1947).
Peter Halley, influido por las teorías de Foucault que definen la geometría como instrumento de control, plantea abstracciones. En sus pinturas, utiliza pintura acrílica y pinturas industriales fluorescentes. Halley amplía elementos de la era industrial como circuitos eléctricos para crear geometrías, cuyos significados, lejos de emparentarse con el arte geométrico, aluden a las teorías sobre el control de Foucault. Inspirado por el minimalismo y el color field painting, sus pinturas son una reflexión sociológica donde los colores fluorescentes ya no tienen esa carga espiritual, sino completamente material.